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DAMIÁN ODÉ

“SI UN NEGOCIO NO TIENE ALMA, NO CONECTA CON LA GENTE”

Damián Odé es un empresario peruano nacido en Ica, conocido por su impacto en la gastronomía y el entretenimiento. A los 25 años fundó la icónica peña Del Carajo en Barranco, un espacio que revolucionó la difusión de la música criolla y afroperuana entre los jóvenes. Con el tiempo, expandió su visión empresarial creando marcas temáticas como Arnold’s Burgers Perú, La Basílica 640 y La Nación Gastrobar en Madrid. Además, ha incursionado en la industria del pisco con La Nación, un tributo a sus raíces en Ica. Su trayectoria refleja una combinación de creatividad, resiliencia y pasión por generar experiencias únicas a través de sus marcas.

Por: Camila Hurtado

Foto: Jorge Guadalupe

Tus padres jugaron un papel fundamental en tu formación como empresario, ¿qué lecciones aprendiste de ellos?

Vengo de una familia árabe. Los árabes han sido históricamente expertos comerciantes de telas, y nosotros seguimos esa tradición. Cuando tenía 13 años, en 1987, mi familia se mudó de Ica a Lima. Comenzamos a trabajar en Gamarra, el lugar ideal para el comercio textil. Ahí, mis padres nos enseñaron a conocer al cliente desde todos los ángulos. Lo más importante que aprendí de ellos fue la constancia y la determinación. Me enseñaron a no rendirme hasta lograr lo que quiero.

La peña Del Carajo fue un ícono cultural durante dos décadas, ¿qué impacto crees que ha tenido?

Creo que tuvo un impacto significativo en la música criolla, especialmente en mantenerla viva entre los jóvenes. No lo digo solo yo, lo dijeron grandes referentes como Óscar Avilés, el Zambo Cavero y Lucila Campos. Logramos dar un salto generacional. Antes, la música criolla estaba más asociada a las peñas tradicionales, frecuentadas por un público mayor. Del Carajo rompió con ese esquema al ofrecer un espacio más dinámico, donde la música criolla se combinaba con otros géneros para atraer a los jóvenes.

De todos tus negocios, como Arnold’s Burger, La Basílica 640 y La Nación-Gastrobar, ¿cuál consideras el más desafiante?

En general, no he tenido grandes complicaciones con mis negocios, pero si tuviera que elegir el más desafiante, sería La Nación- Gastrobar en Madrid. La razón principal es la distancia y la diferencia horaria porque la comunicación y la gestión son más complicadas. Surgió de forma inesperada. Mi hermana Chavia encontró un restaurante en traspaso y, antes de que pudiera analizarlo, ya lo había tomado. Viajé a España con mi papá y mi hermano para poner en marcha La Nación, como nuestro pisco. Fue un reto inesperado, pero lo sacamos adelante con esfuerzo.

Has dicho que “una marca sin concepto no tiene vida”, ¿cómo trabajas en el concepto de tus negocios?

Para mí, un local debe tener un concepto claro, porque sin concepto no tiene vida. Por ejemplo, en La Basílica 640, el concepto está inspirado en La Divina Comedia de Dante Alighieri. No solo se refleja en la decoración, sino también en la comida y los cócteles. Siempre estoy innovando. Ahora, por ejemplo, hemos lanzado un nuevo cóctel llamado El pecado, pensado para el Día de los Enamorados. Además, ampliamos el concepto de La Basílica con nuevos espacios temáticos. De ahí nació El templo del despecho, un evento exclusivo para mujeres que se hace los miércoles y ha tenido mucho éxito. Cada concepto nace de una historia y de lo que quiero transmitir. Si un negocio no tiene alma, no conecta con la gente.

Tienes una marca de pisco, ¿qué representa para ti este proyecto?

El pisco La Nación es un homenaje a Ica, a todo lo que me dio y que siempre extraño. Para mí, el pisco es parte de nuestra identidad y pertenece a Ica. Lo creé para retribuir a mi tierra, y hoy es el pisco de casa en mis locales, ayudando a posicionar la marca. A nivel internacional, busco expandirlo, darle visibilidad y destacar su autenticidad. Más que vender un producto, quiero contar una historia y llevar un pedazo de Ica al mundo.

Si volvieras a empezar desde cero, ¿cambiarías algo?

La verdad, no. Creo que todo ha sucedido en el momento preciso y por una razón. He avanzado de cero a cien con cada experiencia y aprendizaje en el camino. Si pudiera volver a empezar con 20 años y el conocimiento que tengo hoy, seguramente estaría en el doble de lo que he logrado. Pero al final, el destino y los tiempos se han dado como tenían que darse.

¿Tienes algún consejo para aquellos que deseen emprender?

Mi consejo es la constancia. Emprender es arriesgarse; sin riesgo, no hay éxito. Cuando empecé, no tenía dinero y tuve que pedir prestado a mi familia. El sistema solo te toma en cuenta si te formalizas, pagas impuestos y demuestras
rentabilidad. Si no tienes capital, busca a alguien que confíe en ti y ofrece algo a cambio. Si tienes una
idea, pero no recursos, encuentra un inversionista. Emprender implica errores, pero la clave es hacer lo
que te apasiona. La vida es corta, así que hay que disfrutarla haciendo lo que nos gusta.